en lo profundo del parque
la silueta en la bruma
¡Quién tuviera tu amor!
¡Quién tuviera tu ensueño!
Yo ya lo he sentido antes
cuando mis dioses han huído
cuando el escudo de mi corazón ha caído
cuando nada parece real
cuando te vas con el amanecer
Mi amor, lo veo en tus ojos, lo veo en tu piel
ese profundo deseo de la naturaleza
de conocerse a sí misma
un motivo para la existencia
un pretexto para existir
una razón para sentir el anochecer en la ciudad
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