viernes, 4 de enero de 2019

Pampa 9 (relato de ciencia ficción)





Pampa 9

Capítulo 1
San Miguel de Tucumán, enero de 2019.
Eduardo Balzaretti tiene 30 años y trabaja como programador de computadoras en un estudio contable. Es soltero y vive solo en un departamento con vista al parque 9 de Julio, cerca del centro de San Miguel de Tucumán.
Eduardo es también un targeted individual. Un targeted individual es una persona a la que se le han quitado sus derechos humanos básicos y al que se lo hostiga constantemente utilizando armas electrónicas y se lo acosa en forma grupal cuando sale de su casa. Se calcula que en el mundo hay alrededor de 20,000 targeted individuals. Nadie sabe si hay una conspiración mundial, algo así como alguna clase de programa mundial que incluye a todos los targeted individuals o si son casos aislados, movidos por la venganza, que se aprovechan de un vacío legal en el uso de armas electrónicas.
Una de las armas electrónicas más utilizadas contra los targeted individuals es la telepatía sintética. No se sabe bien como funciona esta tecnología, pero el individuo objetivo escucha voces en su mente y puede mantener charlas "telepáticas" con sus hostigadores. Es más, todos sus pensamientos son conocidos por las personas que lo controlan.
Aquella noche de verano era muy calurosa. Eduardo estaba de vacaciones, así que no tenía preocupaciones con el horario, sólo que, de cuando en cuando, era hostigado con mensajes con telepatía sintética. A pesar de todo, Eduardo decidió esa noche irse a dormir temprano.
Se acostó a las 10 de la noche y se durmió inmediatamente. Repentinamente, todo se iluminó. Eduardo abrió sus ojos y se encontró en un lugar completamente extraño.
Miró a su alrededor y todo era similar. El suelo era compacto, de color gris oscuro. Todo estaba desolado y vacío. Se podía ver el horizonte. El cielo era gris claro.
- Estoy soñando, se dijo a sí mismo. O... quizás éste es el plano astral. Quizás esta es una experiencia fuera de mi cuerpo. Rápidamente recordó todo lo que había leído sobre eso en Internet y los videos de psíquicos que había visto en YouTube.
Entonces bajó su mirada y miró su cuerpo. Sus manos no eran humanas. Tenía los dedos alargados, sin uñas. Su piel era una mezcla de colores celeste y gris. Entonces miró su  cuerpo. Su cuerpo no era humano. Tenía el cuerpo de un ser humanoide, muy delgado. Eduardo se tocó la cara. Tenía el cráneo alargado. No tenía ojos ni boca. Su cabeza y su cara eran homogéneas. Sin embargo él podía ver perfectamente bien y tenía todos los otros sentidos activos.
Comenzó a caminar con su nuevo cuerpo. Más que caminar él se desplazaba por el suelo. Durante varios minutos caminó en varias direcciones, pero todo el terreno era homogéneo. No había construcciones o accidentes geográficos. Todo era tan... sintético.
A lo lejos, detectó una anormalidad en el suelo. Caminó hacia allí. Era un laberinto marcado en el suelo. No era uno de esos laberintos con muchos caminos posibles para llegar al destino. Era como los laberintos de las catedrales en Europa. Un laberinto con un solo camino que recorre todo un círculo y finalmente llega al centro. Eduardo decidió recorrerlo.
Cuando finalmente llegó al centro del laberinto, hubo un destello de luz e inmediatamente Eduardo se despertó en su cama.
Miró la hora. Eran las 7:45 de la mañana.

Capítulo 2
Eduardo pasó casi todo el día en Internet, buscando a alguien que haya pasado por esa misma experiencia. Pero no encontró nada. Sólo teorías conspirativas extrañas sobre aliens y espacios-tiempos sintéticos.
Eduardo pensó que tal vez todo eso era parte del hostigamiento que soportaba. Sin embargo, la telepatía sintética permaneció en silencio durante todo el día. Sus controladores no lo hostigaron de ninguna forma.
- Quizás fue un sueño sintético, pensó. Hasta ese momento Eduardo había tenido muchos sueños sintéticos, pero ninguno fue tan real y tan extraño como este. Un sueño sintético es también producido por estas armas electrónicas. Sus hostigadores pueden hacer que el targeted individual sueñe prácticamente con todo lo que ellos quieran.
Esa noche Eduardo decidió irse a dormir a la misma hora que la noche anterior, a las 10pm. Quería repetir esa experiencia. Nunca antes en su vida había experimentado algo así. Se recostó y se durmió inmediatamente.
De nuevo todo se iluminó y cuando miró a su alrededor estaba nuevamente en el lugar que había visitado la noche anterior.
Miró sus manos y su cuerpo. Tenía el mismo cuerpo humanoide que había utilizado antes.
Miró a su alrededor, esperando ver el mismo laberinto que había recorrido antes. A lo lejos divisó unas extrañas estructuras y decidió ir hacia allí.
Llegó hasta esa zona y comenzó a recorrer lo que parecían ser las ruinas de una ciudad abandonada. Las recorrió sin ningún orden en especial.
Al llegar a lo que fué una habitación distinguió una forma que se movía rápidamente. Eduardo se asustó y se sobresaltó. Luego de un momento de confusión, corrió hacia la habitación donde había visto a esa figura.
Al llegar ahí vió a otro ser que tenía el mismo cuerpo humanoide que el suyo. La única diferencia era el color de la piel, ese ser tenía una piel de un color rosado blancuzco.
El otro ser estaba visiblemente asustado y se había acurrucado en una esquina de la habitación en ruinas.
Luego de unos momentos, cuando los dos se calmaron, Eduardo le habló utilizando su mente.
- Hola. No te haré daño... No te haré daño. ¿Quién eres? ¿Dónde estamos?, le dijo Eduardo usando telepatía.
- No lo sé. No sé donde estamos.
Eduardo recibió esta respuesta en su mente.
- ¡Estamos usando telepatía!
- Me llamo Pilar. Pilar Rossi.
- Yo soy Eduardo Balzaretti.
- ¿Cómo llegaste aquí, Eduardo? ¿Dónde estamos?
- ¿Es la primera vez que vienes aquí?
- Sí, respondió Pilar, sorprendida.
- Para mí esta es la segunda vez. ¿Quién eres en la vida real?
- Me llamo Pilar Alejandra Rossi, curso la carrera Licenciatura en Física en el Insituto Balseiro, en Bariloche. Pero hasta anoche estaba en Rosario, Santa Fé, de vacaciones en la casa de mis padres.
- Yo soy Eduardo Balzaretti. Vivo en San Miguel de Tucumán. Soy programador de computadoras y trabajo en un estudio contable.
- ¿Dónde estamos? ¿Estamos muertos? preguntó Pilar, un poco más calmada.
- Yo ya estuve aquí ayer y luego volví a la vida real.
- ¿Cómo salimos de aquí?
- Debemos buscar un laberinto dibujado en el suelo. Hay que  recorrerlo y al llegar al centro, salimos de donde estamos ahora.
Ambos miraron a su alrededor, pero no había nada extraño. El suelo y el cielo eran uniformes. Luego de un momento apareció delante de ellos el laberinto.
- Antes de irnos, Pilar, dame tu número de teléfono. Lo memorizaré y sí logramos volver a la vida real, yo te llamaré. Pilar le dió su número y Eduardo lo repitió varias veces hasta que pudo memorizarlo. Luego Eduardo le dió su número y Pilar también lo repitió varias veces para sí.
- Sal primero tú, Pilar. Yo te observaré desde afuera del laberinto. Luego saldré yo.
Pilar recorrió el laberinto y al llegar al centro, desapareció. Eduardo miró calmadamente a su alrededor. Contempló todo este nuevo universo en el que ahora estaba. Luego entró al laberinto y lo recorrió.
Se detuvo unos momentos antes del llegar al centro. Pasaron unos diez segundos y entonces todo el cielo se volvió rojo y Eduardo sintió un temblor en el lugar en el que estaba. Asustado caminó hasta el centro. Hubo entonces un destello de luz.

Capítulo 3
Eduardo ahora está nuevamente en su habitación. Tomó inmediatamente su teléfono celular y anotó el número que le dió Pilar. Luego la llamó.
- Hola, dijo la voz de una mujer.
- Hola, ¿eres Pilar Rossi?
- ¿Eduardo?
- ¡Siiií!
- ¡Sabía que todo eso fue un sueño!, dijo Pilar aliviada.
- ¿Sabes dónde estuvimos? ¿Eso fue alguna clase de experimento?
- No tengo idea. Nunca supe de alguien al que le haya pasado algo así.
- ¿Crees que sea algo relacionado con alienígenas?
- No lo sé.
- Quizás esta noche, nuevamente nos lleven allí.
- Yo no volveré allí más. Tengo un pasaje en ómnibus a Bariloche, para mañana a las 10 de la mañana. Y voy a pasar aquí la noche en  vela, viendo televisión.
- Alguien nos controla. Me parece que no tendremos opción. No pasarás toda tu vida sin dormir de noche.
- No lo sé. Cuando vuelva a Bariloche esto no volverá a pasarme.
- ¿Por qué nos eligieron a nosotros? Quizás hay otros...
- Espera, alguien llama a la puerta. Voy a ver quién es..., le dijo Pilar. Pilar, que llevaba el teléfono, caminó hacia la puerta de entrada de la casa.
Un momento después se cortó la comunicación. Eduardo estaba marcando el número de Pilar para llamarla de nuevo, cuando su teléfono recibió una llamada de un número privado. Eduardo lo activó.
- ¿Hola? ¿Hola?
Pero nadie contesta y la llamada finaliza casi inmediatamente.
Eduardo llama varias veces a Pilar, pero nadie contesta sus llamadas.
Eduardo está nervioso y decidió salir del departamento e ir a caminar por el parque 9 de Julio, para distenderse.
Comenzó su caminata y casi inmediatamente notó que un auto se aproximaba lentamente hasta donde él estaba. El auto era último modelo y tenía los vidrios polarizados. El auto pasó lentamente a su lado y luego siguió su camino.
Eduardo, ahora más nervioso, miró hacia atrás y pudo ver que dos hombres con ropa deportiva de color rojo lo seguían. Eduardo entró en pánico y volvió casi corriendo a su departamento.
Inmediatamente llamó a Pilar y ahora le contestó la voz de un hombre:
- Ella ya no contestará más tus llamadas. Pero no te preocupes, muy pronto te reunirás con ella. Y la conversación terminó.
Casi inmediatamente alguien llamó al timbre del portero del departamento.
- Hola, Eduardo. Soy Marcela Maldonado, una compañera tuya de la escuela secundaria. ¿Me recuerdas?
- Sí... Hola...
- Por favor, baja a la entrada del edificio. Tengo algo que decirte sobre lo que te pasó anoche.
- ¿Sobre lo que pasó anoche?
- Si, baja y te lo diré.
Eduardo salió de su departamento y bajó a la planta baja. En la puerta estaba Marcela. Había pasado mucho tiempo sin verla, pero la reconoció.
Cuando Eduardo abrió la puerta, de los costados se abalanzaron sobre él dos hombres fornidos que le aplicaron una inyección en el abdomen. Eduardo quedó inmediatamente inconsciente.

Capítulo 4
Eduardo, poco a poco volvió en sí.  Ahora estaba recostado en una camilla en una habitación bien iluminada. Al lado suyo, en otra camilla, estaba recostada una joven mujer, de unos 20 o 25 años. Eduardo supuso que era Pilar.
Los brazos y las piernas de Eduardo estaban atados a la camilla y no podía moverse.
Entró a la habitación un hombre de unos 40 años, vestido con uniforme militar.
- Hola, soy el teniente coronel Victor Dieguez. Soy uno de los creadores del programa Pampa Cero. Pampa Cero es un programa secreto del Ejército Argentino para crear un espacio-tiempo sintético y llevar allí a personas para que interactúen en él. Hasta ahora hemos creado 8 de estos espacios tiempos sintéticos, anteriores al que vieron ustedes. Son los espacios-tiempos Pampa 1 hasta Pampa 8. Pero todos colapsaron. Nuestro primer espacio-tiempo sintético exitoso es Pampa 9, el que recorrieron ustedes.
- ¿Qué es un espacio-tiempo sintético? le preguntó Pilar.
- Es como crear un pequeño universo y luego interactuar en él. Ese nuevo universo no está relacionado de ninguna forma con nuestro universo. Allí hay otra línea de tiempo, independiente de la de este universo.
- ¿Cómo obtuvieron esta tecnología?
- La tomamos "prestada". La inteligencia exterior argentina es mucho mejor de lo que parece.
- ¿Por qué nos eligeron a nosotros dos?, le dijo Eduardo.
- Balzaretti, usted es un targeted individual. Podemos fácilmente usarlo para esta clase de experimentos sin su consentimiento. Y usted, señorita Rossi, es una alumna brillante de física. Fue muy interesante observar como reaccionó usted ante esta situación.
- ¿Por qué nos secuestraron?
- Luego de que ustedes salieran de Pampa 9, se produjo una malfunción en el núcleo del espacio-tiempo. Ahora ya no podemos acceder a Pampa 9 y necesitamos recuperar el núcleo. Las únicas dos personas que pueden volver a Pampa 9 son ustedes dos. Ambos, en sus piernas izquierdas tienen una cicatriz en forma de quemadura de cigarrillo. Bajo estas cicatrices está insertado un chip. Solamente pudimos obtener dos de esos chips, y esos son los que tienen ustedes. Ahora sólo las personas que tengan ese chip pueden acceder a Pampa 9.
- ¿Qué desean exactamente de nosotros? preguntó Pilar, aunque ya sabía la respuesta.
- Queremos que vuelvan a Pampa 9 y recuperen para nosotros el núcleo. Con el núcleo podremos seguir experimentando con esta tecnología y perfeccionarla.
- ¿Y qué obtendremos nosotros a cambio? preguntó Eduardo.
- Si aceptan regersar a Pampa 9 y logran recuperar el núcleo serán recompensados. Balzaretti, usted ya no será targeted individual y usted Rossi, será contratada como personal científico y trabajará en la central atómica Atucha 2.
- ¿Podemos negarnos a regresar a Pampa 9?
- No. Los enviaremos de todas formas. Si no logran llegar hasta el núcleo quedarán atrapados allí y no podremos traerlos de vuelta. Morirán allí.
- Regresemos, Eduardo, le dijo Pilar. Busquemos el núcleo y luego volvamos a vivir nuestras vidas de siempre.
- ¿Eso quieres hacer?
- Sí.

Capítulo 5
- Hay algo más que deben saber, les dice Dieguez preocupado.
- ¿Todavía hay algo más?
- El núcleo está completamente rodeado por un muro. Nosotros no pudimos llegar hasta él. Junto con la tecnología para crear a Pampa 9 también obtuvimos la clave para acceder al núcleo. La clave para atravesar el muro es una especie de adivinanza que textualmente dice: "Sólo el uno sin segundo accederá hasta el centro".
- ¿Qué significa "El uno sin segundo"?
- No lo sabemos.
- Y ustedes quieren que nosotros resolvamos el acertijo.
- Así es. Una vez que viajen a Pampa 9 estarán completamente solos. Una vez que tengan el núclo, los sacaremos de Pampa 9 junto con el núcleo y ese espacio-tiempo colapsará.
- Ahora cierren sus ojos, les dijo el militar. La próxima parada es Pampa 9.
Hubo un destello de luz y ahora Eduardo y Pilar estaban nuevamente en el espacio-tiempo sintético Pampa 9.
- Eduardo y Pilar utilizaban ahora los mismos cuerpos de alienígenas que usaron antes. Estaban frente a un muro que se extendía en forma circular, alrededor de el núcleo. Eduardo y Pilar lo recorrieron pero no pudieron encontrar una puerta o entrada.
- "Sólo el Uno sin segundo puede entrar", recordó Eduardo el acertijo.
- Tal vez se refiera a una unión sexual.
- Estos cuerpos que tenemos ahora no tienen órganos sexuales.
- Entonces quizás se refiera a alguna clase de unión espiritual.
- ¿Qué sugieres?
- No lo sé, tal vez, de alguna forma podemos convertirnos en uno y atravesar el muro.
- Espera... Ahora recuerdo algo interesante. Es algo que leí hace poco en Internet. Hay una canción de un grupo pop llamado Duran Duran que se llama "Todo lo que necesitas es ahora". Leí en Internet que esta puede ser una excelente técnica para establecer un contacto parapsicológico entre dos o más personas.
- No te entiendo. ¿Cómo funciona?
- Dos personas simultáneamente comienzan a pensar una sobre la otra, igualando el tiempo de cada una. No importa la distancia, sólo importa igualar el tiempo. Esto permite la unión parapsicológica entre ambos.
- Hagámoslo.
Eduardo y Pilar se pararon uno a la par del otro mirándose frente a frente.
- ¿Y ahora?
- Debes pensar en mí y en tu mente debes repetir "El mismo ahora", "El mismo ahora", e imaginarte que nuestro tiempo está igualado y que ahora estamos unidos.
Luego de un momento se dieron cuenta que algo había cambiado. Ahora ambos ocupaban un solo cuerpo. Miraron a su alrededor y sus otros cuerpos habían desaparecido. Era algo extraño. Era como si ambos fueran un nuevo ser, en el que estaban "mezclados" ellos dos.
Con el nuevo cuerpo que ahora ocupaban, atravesaron el muro.
El núcleo era una pequeña esfera brillante, ubicada en el centro del muro circular. Eduardo y Pilar, que ocupaban un solo cuerpo, llegaron hasta ella y la tomaron con sus manos.
En ese momento, a poca distancia de donde ellos estaban apareció el ya conocido laberinto. Eduardo y Pilar, que ocupaban un solo cuerpo, lo recorrieron, y al llegar al centro salieron de Pampa 9, llevando el núcleo.

Capítulo 6
Dos meses después, Eduardo y Pilar viajaban en auto por la ruta 237, rumbo a Bariloche. Era de noche, casi las 11pm. Como les habían prometido, Eduardo dejó de ser targeted individual y Pilar trabajaba ahora en la central Atucha 2.
En el auto iban sólo Pilar y Eduardo, que manejaba el auto. En frente de ellos, a lo lejos se veía un camión. Eduardo decidió dejarlo pasar junto a ellos para luego intentar adelantarse al auto que iba delante. Cuando el camión estaba muy cerca de ellos, repentinamente cambió de carril y sin que Eduardo pudiera evitarlo los chocó de frente.
Primero hay oscuridad, luego una luz opaca, difusa. Luego Eduardo y pilar abrieron los ojos y descubrieron que ahora están en un lugar desconocido, pero sin embargo algo allí les era familiar.
Luego de un momento, ambos escucharon una voz en sus mentes, una voz  que les decía:
- Eduardo y Pilar, bienvenidos a Pampa 10.

(Fin)

No hay comentarios:

Publicar un comentario